Hace poco más de 510 años que
Nicolás Maquiavelo escribió “Todos ven lo que aparentas solo pocos
experimentan lo que realmente eres”. Frase que sin duda toma especial
relieve en esta publicación que pretende analizar uno de los distintos títulos
de la obra colectiva denominada “TRANSPARENCIA Y COMBATE A LA CORRUPCIÓN.
LAS LECCIONES DE SANTIAGO NIETO CASTILLO”, editado por Tirant lo Blanch, y
hoy toca el turno de comentar la aportación de Lorenzo Córdova Vianello en su
carácter de Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral.
Este personaje que, con una
profunda preparación académica ha representado el papel del ”malo”
dentro del juego sin reglas claras que divide a la ciudadanía en fichas de
fifís y chairos, de liberales y conservadores, que más bien pareciera un capítulo
del libreto de “El bueno, el malo y el feo”, y en donde no existe una definición fundada de
quien es quien, ya que lo mismo que podemos observar liberales-guadalupanos o
chairos de derecha que lo opuesto, como es el caso de cientos de recalcitrantes
panistas que después de desempeñarse, incluso, como senadores
antilopezobradoristas, ahora se encuentran en las primeras filas del partido en
el poder.
Dentro de este gatopardismo
pragmático moderno alimentado por la subsistencia política, se hace necesario
establecer más y mejores mecanismos de transparencia y de rendición de cuentas,
ya que tal como lo expone Lorenzo Córdova “Difícilmente una sociedad sin
acceso a la información pública podría ejercer adecuadamente sus derechos”.
Es importante mencionar que la
transparencia solo es factible dentro de sistemas democráticos con
instituciones sólidas y con un claro respeto al estado de derecho, considerando
la forma más primitiva de democracia como aquel sistema en el que los gobernantes
se sustituyen sin hechos violentos, sin revoluciones armadas, lo que nos
llevaría a la existencia de una base electoral que ejerce sus derechos de forma
libre y sin coacción, pero más aún, que ejerce sus derechos de manera informada,
lo que en palabras del autor, reproduce las teorías de Popper y Bobbio.
Tal como lo expresa el autor “El
secreto, la opacidad y la falta de transparencia en el ejercicio del gobierno
han constituido instrumentos esenciales para el ejercicio de un poder
discrecional, concentrado y absoluto.” Situaciones de las que se dieron
cuenta con claridad en el libro “A la mitad del camino”, escrito por el
propio presente López Obrador, al explicar a detalle la forma en que se
distribuían los recursos de compra de medicamentos entre pocas empresas oligarcas
del pasado.
Por ello, se hace más
importante la transparencia. Para saber el quien, el cuándo y el cómo de todas las decisiones tomadas
desde el poder; ya que para el autor, los mayores escándalos que hemos conocido
en México recientemente como Odebrecht, los saqueos de los Duarte en Chihuahua
y Veracruz, o de Borge en Quintana Roo, se debieron a dos elementos
fundamentales, la visibilidad del poder con la que se cuenta gracias a los
diversos ejercicios de transparencia y el valor y compromiso de personas como
Santiago Nieto Castillo que desde Tribunal Electoral, la FEPADE y la UIF, ha
ejercido a cabalidad el derecho, como sucede en los casos mencionados.
Sin embargo, no todos los sistemas
son democráticos, ni todas las democracias son transparentes, por lo que muchas
veces los políticos y administradores de la cosa pública, interpretan de manera
errónea la lapidaria frase de Nicolás Maquiavelo que dice: “Todos a tu
alrededor te envidiarán si dices la verdad”. Y prefieren decir la mentira
para ser aceptados en una vorágine de compromisos que nos impiden desarrollar
el enorme potencial de país que tenemos en el que la vida sigue, como siguen
las cosas que no tienen mucho sentido.
MD Hugo
Alday Nieto
Abogado
con mención honorífica por la Universidad la Salle del Pedregal.
Maestro
en Derecho Empresarial por la Universidad Anahuac del Mayab.
Especialista
en arbitraje en materia de propiedad industrial, así como en conflictos entre
marcas y nombres de dominio por la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual, en Ginebra, Suiza.
Doctorante
en derecho por la Universidad Anahuac de Cancún.
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