Por Hugo Alday Nieto
La segunda entrega de la obra “Transparencia y Combate a la Corrupción. Las lecciones de Santiago Nieto Castillo”, editado por Tirant le Blanch, se encuentra redactada por una candidata doctora en gobierno y administración púbica por la Universidad Complutense de Madrid, que hoy en día se desenvuelve como consejera electoral del Instituto Nacional Electoral, y quien previamente fue electa consejera electoral del Instituto Electoral del entonces Distrito Federal, con una enorme carrera en derecho administrativo y con varias toneladas de publicaciones especializadas principalmente en derecho electoral y paridad de género.
Siguiendo el mismo formato de este paquete de entregas, podemos resumir la aportación de la autora en una frase que Nicolás Maquiavelo acuñó en el año 1513 y que versa de la siguiente manera: “Las masas solo ven el exterior del gobernante, sólo los entendidos o los cercanos pueden saber con claridad sus intenciones”.
Es así como Carla Humphrey nos expone un tema urgente para México en el que la transformación no ha rendido frutos.
Y se trata del impacto de los gobiernos abiertos como herramientas para combatir la corrupción, definiendo a un gobierno abierto como: “sinónimo de gobierno transparente que genera, de igual manera, sinergias que permiten abatir viejos esquemas de trabajo más individualistas por unos más colectivos.
Esta colectividad va inyectando una cultura ética a la forma de hacer un nuevo ejercicio gubernamental e inhibe factores que han surgido como la cangrena y que es hora de combatir: la corrupción y la impunidad.”
Dos tipos de corrupción
En su colaboración expone dos tipos principales de corrupción, aquella que se da en altos niveles, al dejar de aplicar o de observar políticas públicas de carácter general que afectan el cumplimiento de acciones o programas de gobierno que deberían beneficiar a las mayorías, o a grupos determinados para el crecimiento económico, por un lado.
Y por otro, aquellas prácticas que se realizan de manera directa de servidores públicos en contra de los ciudadanos, y que van desde la multa de un tránsito que se convierte en mordida, el cobro por debajo de la mesa del predial, de cambio de uso de suelo, de permisos en vía pública o de fiscalización, sin registrar en el sistema y que generan un gran caudal de dinero en efectivo que no llega al Estado.
En este sentido, después de definir ampliamente las acciones más comunes de los gobiernos corruptos, desarrolla una explicación que un convenio específico de gran impacto que se realizó entre la Unidad de Inteligencia Financiera y el Instituto Nacional Electoral, en el que se obtuvieron interesantes resultados de fiscalización principalmente en temas de violencia política de género, como el caso de Félix Salgado Macedonio, en donde se determina la ilegibilidad del sujeto.
Ese convenio resulta ser una herramienta para combatir delitos fiscales y financieros, definidos con figuras como empresas fachada, fractureras, esquemas de simulación y subcontratación, evasión de impuestos y muchos otros delitos derivados de la unión de intereses entre estos dos entes púbicos, en donde además de la voluntad, se lleva implícito el conocimiento del derecho.
Cabe señalar que de acciones cómo estás, hoy en día existen iniciativas como los registros de agresores sexuales y de género que, dentro de sus consecuencias, se retoma la imposibilidad de contener a elecciones de los sujetos activos, así como de ser inhabilitados, si se trata de servidores públicos.
No basta la voluntad, si no hay conocimiento
Esa es la gran importancia de saber para poder hacer. De conocer el marco legal para poder tener resultados.
Porque en política no basta la voluntad, si no se tiene el conocimiento. Y ello, también puede señalarse como corrupción, porque a sabiendas que no se cuenta con el conocimiento, se toman decisiones públicas que afectan el desarrollo de otras personas y del Estado mismo. Sin duda, esa es una gran enseñanza.
Como colofón, cito de nuevo a Maquiavelo con la siguiente frase: “De la humanidad podemos decir que en general son inconstantes hipócritas y codiciosos de ganancias por eso es necesario ser zorro para descubrir las trampas y León para aterrorizar a los lobos”, con lo cual, las acciones realizadas en su momento por el entonces fiscal incómodo, fueron las herramientas para que el Estado pudiera ser lo suficientemente zorro y leon, para combatir a la corrupción con el derecho, y no solamente con el discurso.
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